La usabilidad - anglicismo que significa
"facilidad de uso" - como indican Bevan, Kirakowski, y Maissel (1991)
parece tener su origen en la expresión "user friendly", que es
reemplazada por sus connotaciones vagas y subjetivas.
Numerosos autores han propuesto diversas
definiciones de usabilidad, normalmente a través de la enumeración de los
diferentes atributos o factores mediante los que puede ser evaluada,
dependiendo finalmente cada definición del enfoque con el que pretende ser
medida (Folmer, Bosch; 2003).
Tomaremos para este trabajo la
definición más extendida, que es la ofrecida por la ISO , y que define
usabilidad como el " grado de eficacia, eficiencia y satisfacción con la
que usuarios específicos pueden lograr objetivos específicos, en contextos de
uso específicos ".
En la definición podemos observar que la
usabilidad se compone de dos tipos de atributos:
·
Atributos
cuantificables de forma objetiva: como son la eficacia o número de errores
cometidos por el usuario durante la realización de una tarea, y eficiencia o
tiempo empleado por el usuario para la consecución de una tarea.
·
Atributos
cuantificables de forma subjetiva: como es la satisfacción de uso, medible a
través de la interrogación al usuario, y que tiene una estrecha relación con el
concepto de Usabilidad Percibida.
Como se indica en la definición, la
usabilidad de una aplicación debe ser entendida siempre en relación con la
forma y condiciones de uso por parte de sus usuarios, así como con las
características y necesidades propias de estos usuarios. Un diseño no es en sí
mismo usable: " lo es para usuarios específicos en contextos de uso
específicos”.
Pretender que una aplicación web sea
usable independientemente de quién y cómo la use se corresponde más con una
visión o enfoque universalista de la usabilidad (en ocasiones necesaria), que
con una visión realista y práctica. Esto es debido a que normalmente toda
aplicación se diseña con la intención de satisfacer las necesidades de una
audiencia concreta y determinada, por lo que será más usable cuanto más
adaptado esté su diseño a esta audiencia específica, y por tanto menos lo esté
para el resto de personas.
El concepto de usabilidad puede ser
definido, además de como atributo de calidad de una aplicación,
consecuentemente, como disciplina o enfoque de diseño y evaluación. Se suele
hablar entonces de Ingeniería de la Usabilidad - conjunto de fundamentos
teóricos y metodológicos que aseguren el cumplimiento de los niveles de
usabilidad requeridos para la aplicación-.
Un concepto íntimamente ligado al de
usabilidad es el de accesibilidad. Éste ya no se refiere a la facilidad de uso,
sino a la posibilidad de acceso. En concreto a que el diseño, como
prerrequisito imprescindible para ser usable, posibilite el acceso a todos sus
potenciales usuarios, sin excluir a aquellos con limitaciones individuales -
discapacidades, dominio del idioma,... - o limitaciones derivadas del contexto
de acceso - software y hardware empleado para acceder, ancho de banda de la
conexión empleada, etc.- (Hassan Montero, Martín Fernández; 2003b)
Se da la paradoja de que mientras que un
diseño usable requiere delimitar a su audiencia potencial con el fin de diseñar
para lo concreto, un diseño accesible implica la necesidad de diseñar para la
diversidad y heterogeneidad de necesidades de acceso presentadas por esta
audiencia específica.
Cuando la audiencia para la que se
diseña es muy amplia y presenta necesidades de acceso muy diferentes,
normalmente se hace necesaria la puesta a disposición de varias versiones del
diseño o un diseño adaptable, como son las conocidas "versiones solo
texto" o versiones en varios idiomas.
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